martes, 3 de marzo de 2015

AZÚCAR

 En el anterior post hablamos de la importancia de mantener un ratio superior de masa muscular versus masa grasa para mantener la salud. 
Acumular grasa visceral nos impide utilizar la glucosa de una forma correcta y además produce sustancias que desequilibran las funciones corporales.

Las células utilizan la glucosa como "carburante". Si esta energía no se utiliza, el cuerpo la va a almacenar para cuando sea necesario. Al principio se almacena en músculos e hígado. Cuando sigue el exceso se transformará en grasa. 
Actualmente ingerimos más azúcar del que gastamos.



"ALIMENTOS" con azúcar: 
Cereales y derivados: harinas, pan, pasta, bollería, pasteles y cerveza.
Patatas: contienen almidón que es el azúcar vegetal.
Frutas: contienen fructosa que es azúcar.
Verduras: remolacha, zanahoria, boniato...
Leche y derivados: su azúcar es la lactosa. 
Endulzantes: azúcar blanco, azúcar de caña integral, panela, jarabe de maíz, miel, sirope de ágave, estevia...
Bebidas envasadas con o sin gas.

Qué ocurre en el cuerpo cuando ingerimos azúcar? A través de la digestión la glucosa contenida en los alimentos pasa a la sangre. Es un riesgo mantener altos niveles de azúcar en sangre pues dañan capilares sanguíneos y al sistema nervioso; aquí entra en acción la insulina. Esta hormona hace que la glucosa entre en las células y salga del torrente sanguíneo. 
Por cada comida que realizamos a lo largo del día hay un pico de glucosa y uno de insulina que le sigue.

HIPERGLICEMIA
Cuanto más rápido pase el azúcar a la sangre mayor Índice Glicémico tendrá el alimento. 
Aquí es donde veremos las diferencias entre ingerir una galleta o una zanahoria. Ésta contiene fibra y agua ayudando a que el azúcar pase más lentamente a la sangre. 

Qué significa alimento refinado?
Que ha pasado por procesos químicos y/o físicos para obtenerlo y durante "el camino" se han perdido nutrientes. 
No es casualidad que la remolacha contenga de forma natural minerales y vitaminas conjuntamente con azúcares. Los primeros ayudan a metabolizar los segundos.
De la remolacha extraemos el azúcar blanco...
Y para poder metabolizarlo ya que la hemos despojado de la ayuda de las vitaminas y minerales con los que venía, nuestro cuerpo los tomará prestados. Por ejemplo, el calcio de los huesos.


Por tanto, hay que tener en cuenta que cuanto más refinado sea un producto mayor índice glicémico tendrá. 


Sube el azúcar en sangre rápidamente: hiperglicemia. Nos sentimos eufóricos, excitados, las células van a toda máquina (observa el efecto en un niño que acaba de comer una bolsa de golosinas).
Le sigue el pico de insulina (insulinemia): se retira la glucosa de la sangre, 2 horas después... vaya! sentimos un "bajón", estamos cansados, sin energía, apáticos... Volvemos a tomar algo con un alto índice glicémico: un croissant, un chicle, un mini bocadillo...Y VUELTA A EMPEZAR!




Lo natural no es tener la insulina alta a lo largo del día. Pero con la alimentación actual esto es lo que ocurre. Van pasando los días, los meses y los años y se juntan la insulina alta con los depósitos de grasa visceral...y aparece la resistencia a la insulina. Este factor se añade a causar problemas. Las células ya tienen a la insulina muy vista y ya no le responden como deberían. Esto se traduce en glucosa alta en sangre constantemente.

Estos tres factores causan una inflamación interna permanente. Nuestro sistema de defensas lucha cada día con ella pero, como no ayudamos, además llega el momento de atacar al virus de la gripe y resulta que tardamos 3 semanas en recuperarnos. Y lo hacemos pasando por un proceso de gran malestar, mucha mucosidad, dolor generalizado muscular... nuestra respuesta defensiva está debilitada. Nos cuesta resolverlo.


Evitemos llegar a estos extremos y ayudemos a nuestro cuerpo: ayudémonos!
Es difícil aprender a comer respetando cómo funciona nuestro cuerpo? Claro que no! Es un proceso de aprendizaje y como tal, haremos una evolución. Al principio creemos que es difícil, no sabemos cómo empezar y tenemos más preguntas que respuestas.

Bien, lo primero y más fácil es:
Haz una lista de los alimentos de la lista de antes que ingieres cada día. Y asómbrate de la cantidad y calidad de azúcar que le das a tu cuerpo a diario. Y relaciónalo también con los cambios de humor y el sentirte cansad@ de repente sin razón. 


- Elimina alimentos refinados y procesados. Cuanto más natural y menos manipulado mayor éxito.
- Prioriza azúcares complejos a los simples. Sustituye el pan blanco y la bollería por pan de espelta. Si además quieres ayudar a tu sistema immunitario deja el gluten y como sólo pan de trigo sarraceno.
- Sustituye el azúcar blanco por la panela.
- Sustituye la merienda procesada por fruta o frutos secos.
- Sustituye la pasta blanca por la integral. Si además la obtienes ecológica ingerirás menor cantidad de residuos de herbicidas, pesticidas... que también entorpecen el sistema immunitario. (Del tema del gluten hablaremos en otro post).
- Evita comer patatas, pan y pasta mezclados. (aperitivo: patatas, comida: pasta, postres: bollería)
- Quiérete: elimina este hábito de tomar bebidas envasadas con alto contenido en azúcar y bebe agua o infusiones naturales. 
- Puedes endulzar con estevia. No provoca hiperglicemia.
- Puedes probar durante una semana cenas sin carbohidratos refinados (pan blanco/procesado, bollería, pasta blanca/procesada) 

Al principio puedes sentir ansiedad por falta de azúcar refinado entre comidas, es adictivo: es normal. Mantenerse ocupad@ te va ayudar. 

Y dale tiempo a la insulina a volver a sus mínimos. Una insulina alta aún da más sensación de hambre. Tres horas sin comer y bebiendo abundante agua o infusiones sin azúcar puede ser el objetivo. Si has tomado azúcares complejos tus células tendrán glucosa suficiente durante la mañana o la tarde y no sentirás que te quedas sin pilas.